Abstract

Los recientes cambios que ha experimentado la sociedad se pueden calificar como revolución, una que incluso algunos pensadores contemporáneos han denominado la cuarta Revolución Industrial. En dicho contexto, la organización social, cultural, política y por supuesto productiva reflejan el fenómeno que está al centro de esta revolución ya en curso: internet. Las relaciones entre los Estados y el sistema internacional, en general, no se ubican al margen de las transformaciones producidas por la red global, como la inmediatez de los mensajes e interacciones, y el derrumbe de las barreras físicas y temporales. Por tanto, no es de extrañarse que la formulación de la política exterior y la diplomacia –el concepto eje en este libro– también se vea afectada por internet y sus diversas variantes. Este libro trata de esa parte del ejercicio diplomático referente la gestión y proyección de una imagen internacional de los países, en concreto, a aquella práctica que se engloba en lo que se reconoce como la diplomacia pública. Esta no es algo nuevo, pero sí es un instrumento de proyección internacional que ha tenido, paradójicamente, dificultad en ser utilizado por la mayoría de los actores del sistema internacional. Las explicaciones sobre la lenta difusión y adopción de la diplomacia pública no son fáciles de proponer ni generalizar, ni tampoco son objeto de este libro; pero sí lo es consignar cómo se ha desarrollado su estudio y cómo la red global que es internet ha convertido a la diplomacia pública en un aspecto fundamental de la política exterior de los países en el siglo XXI.