Abstract

Desde una perspectiva clásica y general del derecho internacional, el concepto de equidad dice relación con la igualdad de derechos y obligaciones de los Estados soberanos. Sin embargo, a partir de la toma de conciencia del carácter finito de los recursos naturales y el consecuente cambio de paradigma del concepto de desarrollo, que da lugar a la construcción de un nuevo principio: el desarrollo sostenible (Estocolmo 1972, Rio 1992, Johannesburgo 2002, Objetivos del Desarrollo Sostenible 2015), los Estados se diferencian en razón de su nivel de vulnerabilidad, responsabilidad en el deterioro ambiental del planeta, así como de su capacidad para adoptar medidas y acciones de carácter preventivo y reparatorio. Esta situación plantea por una parte, la necesidad de cooperación entre Estados y por otra, de avanzar en el restablecimiento de la igualdad material entre los Estados. El marco jurídico internacional del cambio climático (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, 1992), Protocolo de Kioto (PK, 1997), Acuerdo de París (AP, 2015) es un buen ejemplo de cómo la comunidad internacional ha definido el tratamiento diferenciado de los Estados desde una perspectiva normativa. En un principio la CMNUCC y el PK, consagraron un concepto de diferencia binario, que distinguía los países desarrollados de los países en desarrollo, en atención a la responsabilidad histórica de los primeros en la situación ambiental actual y el derecho al desarrollo de los segundos. En tal contexto los países desarrollados asumían mayores obligaciones que los países en desarrollo, así como compromisos de cooperación, transferencia tecnológica y/o financiamiento y asistencia en el cumplimiento respecto de los países en desarrollo. Luego en el marco del Acuerdo de París, la comunidad internacional decide romper con tal distinción y abrir espacio a una amplia categoría de países, definidos en función de sus capacidades y teniendo en cuenta los avances de la ciencia . Cabe destacar también que en este ámbito, la equidad ha estado fuertemente marcada por un enfoque antropocéntrico que busca resguardar los intereses de la especie humana de las generaciones presentes y futuras, el cual ha sido superado por la interpretación que hace la doctrina y los órdenes jurídicos internos , que tal como lo reconoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, otorgan un valor intrínseco a la naturaleza . En este contexto el presente trabajo propone analizar el contenido del principio de equidad intrageneracional, a la luz del concepto de desarrollo sostenible, fundamentado en la diferenciación de los Estados desde una perspectiva antropocéntrica, versus la propuesta de la doctrina y jurisprudencia nacional que proponen el reconocimiento del valor intrínseco de la naturaleza, de manera a equilibrar la solidaridad entre las especies humanas y no humanas de las generaciones presentes y futuras.