Abstract

La tecnología es un motor del desarrollo económico mundial. La concepción de tecnología va mucho más allá de producto o servicio tecnológico, sino que incluye el conocimiento sistemático asociado a la producción de un producto, la aplicación de un proceso o el suministro de un servicio. Por lo tanto, la idea de tecnología está asociada más a la generación del producto o servicio que al resultado sí mismo. En este sentido, el concepto de tecnología involucra tanto al conocimiento y métodos para la generación de un producto o servicio nuevo (o bien la mejora en la producción y distribución de uno existente) como al “know-how” profesional y la “expertise” de los emprendedores. La transferencia de tecnología (TT) abarca todo el proceso asociado a la tecnología, o sea, el traspaso, venta y concesión de licencias de toda forma de propiedad intelectual, así como la transmisión de “know-how” y experiencia técnica, tanto para la instalación y operación de plantas industriales, adquisición, instalación y funcionamiento de equipamiento y maquinaria como para transferir contenidos que permitan implementar acuerdos de cooperación técnica e industrial. Por lo tanto, el concepto de TT va mucho más allá que la mera difusión de tecnología. La posesión de tecnología por sí sola no representa avances en el desarrollo técnico o crecimiento en la economía, sino que la capacidad de entender e interactuar con la misma y su proceso de desarrollo resultan indispensables.