Abstract

El difícil acceso a los faros ubicados en zonas lejanas del maritorio chileno, especialmente en las regiones del sur de Chile, favorece una alta biodiversidad autóctona en sus alrededores y poca intervención humana, convirtiendo a estos lugares en sitios de alto interés científico. La presencia permanente de personal de la Armada en estos lugares representa una oportunidad única para monitorear los cambios a nivel macro en la biodiversidad a lo largo del tiempo. Fomentar la observación e indagación del medio que les rodea posibilita la recolección de datos audiovisuales de la flora y fauna circundante, datos que no serían posibles de obtener de otra manera. Este es el caso del faro en isla Gonzalo, en el archipiélago Diego Ramírez, únicas superficies terrestres en el Parque Marino islas Diego Ramírez – Paso Drake.