Abstract

Situándose en lo que podríamos denominar la hibridad existencial latinoamericana, este texto representa uno más de “los esfuerzos del campo para extender su conversación académica más allá las fronteras nacionales en las que se practica” (Pinar, 2006, p. 165) poniendo en el centro la preocupación por las tendencias en las redes de circulación de conocimientos a nivel planetario de lo que se ha llamado “violencia epistémica” (Spivak) o “epistemicidio” (Souza Santos) curricular (Paraskeva, 2016). De esta manera, lo que podríamos llamar el campo curricular en Latinoamérica entra en esta conversación internacional consciente de su carácter híbrido, un campo mestizo, que busca mover el movimiento de internacionalización de los estudios curriculares aún lucha con una propensión a normalizar “las diferencias lingüísticas, culturales y raciales bajo el canon autorizado de racionalidad euroamericana” (Ropo y Autio, 2009, p. 3), avanzando los conceptos de conversación y dialogo intercultural al centro de la conversación internacional sobre curriculum.