Abuso Sexual en la Niñez y Adolescencia
Abstract
El abuso sexual (ASI) de niños y adolescentes es una forma de maltrato, una vulneración de los derechos, con una alta prevalencia, que mayoritariamente ocurre en el entorno cercano y genera efectos en la salud física, mental, neurobiológica y relacional de las víctimas (Briere & Elliott, 2003; Ferenczi, 1933; Kendall-Tackett, Williams, Finkelhor, 1993). Constituye un factor de riesgo significativo para la psicopatología en la niñez, adolescencia y adultez (Cutajar, Mullen, Ogloff, Thomas, Wells & Spataro, 2010), pero no es en sí mismo un diagnóstico psicopatológico. El antecedente biográfico de abuso se encuentra entre un 25 y 33% de pacientes ambulatorios en salud mental (Cutajar et al., 2010; Lanktree, Briere & Zaidi, 1991) y en un 50% de pacientes hospitalizados (McClellan, Adams, Douglas, McCurry, Storck, 1995). Cabe señalar que el conocimiento que tenemos sobre los efectos del ASI es a partir de muestras clínicas y mayoritariamente retrospectivas, siendo menor la investigación sobre aquellas víctimas de ASI con trayectorias de superación y resiliencia. El abordaje del ASI requiere de modelos comprensivos amplios (desde el ecosistémico, el de control social, el de apego y trauma) (Álvarez, 2003) y de múltiples, complejas y coordinadas estrategias de intervención entre el ámbito que considera la vulneración de los derechos y el de la salud mental (Furniss, 1991). Es decir, estableciendo puentes entre la salud mental y el derecho. Si bien, mundialmente existe cada vez mayor sensibilidad y reconocimiento de este fenómeno y del impacto que tiene en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes (NNA), su abordaje aún constituye un desafío, especialmente respecto a armonizar el imperativo ético, de la detección, interrupción y protección de niños/adolescentes (comandado por la legislación nacional y la suscripción a la Convención Internacional de los Derechos del Niño) con la estética de una intervención que reduzca la retraumatización o revictimización (Álvarez, 2005). En función de ello, también es un imperativo ético que los distintos profesionales y operadores tengan conocimiento sobre la presentación del abuso sexual, el impacto en las víctimas y sus familias, las dinámicas que instala quien abusa, caracterizadas por la seducción, la manipulación y la mantención del proceso abusivo, el procedimiento jurídico nacional, las redes funcionales y los tratamientos (Álvarez, 2005; Glaser, 2008). Este capítulo expone los aspectos mencionados y recurre a breves ejemplos.
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Editorial: | Mediterráneo |
Fecha de publicación: | 2019 |
Página de inicio: | 349 |
Página final: | 365 |
Idioma: | Español |