Abstract

Diversas son las temáticas que se han investigado en materia de migraciones: mercados laborales, políticas migratorias, participación social, ciudadanía, prácticas sociales, familias transnacionales, entre otros. Un ámbito importante de estudio lo constituye el trabajo doméstico realizado por mujeres migrantes, ya que muchas veces está asociado a un empleo que se desarrolla en condiciones precarias. Al tratarse de mujeres normalmente con una baja calificación educacional, sumado a la urgencia extrema de encontrar un trabajo debido a que son migrantes, cumplen con exigencias de realización de horas extras sin remuneración e incluso sin formalización de un contrato laboral. Su condición de migrantes las torna extremadamente vulnerables, pues muchas veces no conocen las reglamentaciones legales del país ni tienen suficientes redes de apoyo. Por otra parte, su atomización en hogares privados hace compleja la fiscalización y sindicalización (Blofield, 2012), constituyendo para las trabajadoras domésticas migrantes la pertenencia a un sindicato una dificultad mucho mayor que en el caso de las trabajadoras domésticas no migrantes (Goldschmith, 2007; Schwenken, 2017). Su situación de migrante marca asimismo de una manera peculiar las múltiples desigualdades a las que están expuestas, intersectando categorías de clase, género, etnia y nacionalidad (Hodganeu-Sotelo, 2001; Gutiérrez Rodríguez, 2010; Lutz, 2011),