Abstract

La uva de mesa es la principal especie del rubro frutícola del país, con 731.894 toneladas exportadas en 2014 (1) y la Pudrición Gris causada por Botrytis cinerea el problema fitopatológico más importante que la afecta. El manejo de botrytis es integrado, y considera prácticas culturales y control químico en los períodos críticos de infección (floración, y desde pre-envero a cosecha), pero no siempre se logra el éxito esperado, debido entre otros aspectos a la gran variabilidad genética y gran capacidad de generar resistencia a fungicidas que presenta el hongo (poblaciones se adaptan rápidamente al manejo agroecológico al que son sometidas) (2; 3; 4; 5). Actualmente en Chile, se ha reportado la pérdida de sensibilidad, en distintos niveles, a la gran mayoría de los fungicidas en uso (dicarboximidas, 1990; anilinopyrimidinas, 2002; hydroxyanilidas, 2007; estrobilurinas, 2012 y recientemente a carboxamidas, 2013) (6; 7; 8; 9; 10). Como las zonas productoras presentan diferentes condiciones predisponentes para el desarrollo de botrytis, para lograr un control exitoso, que sea medioambientalmente sustentable, los programas de control químico tienen que ser distintos y deben considerar la condición de sensibilidad de las poblaciones predominantes a los fungicidas base. Actualmente, las moléculas fungicidas base del control de botrytis son la mezcla cyprodinil&fludioxonil (Switch) y las pertenecientes a la Clase III de los inhibidores de la biosíntesis del ergosterol (SBI, Clase III: hydroxyanilidas (fenhexamid) y amino-pyrazolinonas (fenpyrazamine), y a las Carboxamidas, inhibidores de la biosíntesis de la succinato deshidrogenasa (SDHI: boscalid, fluopyram e isofetamida, entre otras). La pérdida de sensibilidad a estos dos grupos de fungicidas, está asociada a la presencia de mutaciones en el sitio de acción de estas moléculas (gen erg27 y gen sdhB, respectivamente). En aislados chilenos las mutaciones más frecuentemente asociadas a resistencia a fenhexamid son estables y están presentes en el codón 412 (F412S/V) (11). En boscalid, las mutaciones más frecuentemente detectadas corresponden a H272R (52,8%), H272Y (35,42%), H272L (2,1%) (mutaciones en zonas no conservadas del ADN del hongo) y P225L(6,25%) y P225H(4,16%) que si se encuentran en zonas conservadas del genoma del hongo, y que por lo tanto son más difíciles de eliminar sí no se diseña un Programa de control adecuado (12;13;14;15;16).Además, es importante señalar que los fungicidas recientemente introducidos (fenpyrazamine) y los pronto a introducirse en el mercado nacional (fluopyram, isofetamida y otros), pertenecen a estos dos grupos de fungicidas, existiendo antecedentes de resistencia cruzada entre moléculas del mismo grupo, y por lo tanto un alto riesgo que en un corto tiempo de uso se genere resistencia a estas nuevas y promisorias alternativas de control(2;3;4;5). Las herramientas de diagnóstico a desarrollarse en el presente proyecto, técnica qPCR-Múltiple, permitirán determinar cuál o cuáles son las mutaciones más frecuentemente asociadas a la pérdida de sensibilidad a fenhexamid y a boscalid, y su frecuencia, en predios de distinta condición de sensibilidad inicial a éstos: (i)sensible, (ii)resistente a fenhexamid, (iii)resistente a boscalid y (iv)resistente a ambos, y con ello, considerando un uso óptimo de los fungicidas base y la incorporación en épocas específicas de antagonistas biológicos (Trichoderma spp., Bacillus subtilis, Bacillus amyloliquefaciens) y de productos alternativos no residuales (Melaleuca alternifolia/ TimorexGold), Diseñar y establecer Programas Efectivos que permitan controlar Botrytis en uva de mesa en las regiones más afectadas del país pero de manera Medioambientalmente y Económicamente Sustentable. Finalmente, como el uso de la técnica traerá consigo un mejor resultado económico, mejores retornos a nivel productor, el costo involucrado en el uso de esta innovación será factible de financiarse, asegurándose la optimización de la producción de este cultivo a nivel regional y a nivel país.