Abstract

Modernización, progreso y desarrollo no son prácticas opuestas al Patrimonio. Pero la recolonización actual del espacio en Chile, ha llegado a ser una práctica adversa al Patrimonio. La recolonización olvida y encubre el pasado, excluye y niega la diferencia humana, y acepta únicamente la diversidad cuando se trata de multiplicar un concepto homogéneo acerca de la propiedad. Como resultado, “la buena vecindad” se torna difícil. Los ciudadanos se ven involucrados en procesos judiciales y políticos tortuosos; y en el transcurso de las contiendas, captan la estrechez de los conceptos oficiales de sobre Patrimonio. En tal sentido y a través del análisis de casos y problemas vigentes, el presente libro intenta comprender el modo en que el Patrimonio ha pasado a ser estratégico para las comunidades que quieren participar del desarrollo, pero sin sacrificar sus memorias y sin destruir sus lugares de pertenencia colectiva.