Abstract

He aquí una invitación a conocer la biodiversidad de Quebrada Verde y los Acantilados Federico Santa María, precisamente junto a Don Federico Santa María y acompañados por un connotado grupo de naturalistas porteños. ¿deberíamos aceptar esta invitación y salir a pasear entre litres, corontillos, papayos chilenos y peumos? ¿deberíamos ir a caminar para ver iguanas chilenas, un carpinterito, un cururo, un abejorro? ¿debería escuchar a mis guías sobre sus motivaciones para resguardar Quebrada Verde y los acantilados? La respuesta a cada una de estas preguntas es un enfático “sí”. En verdad, sí debemos salir a caminar junto a ellos, para sumarnos a los esfuerzos que estos naturalistas despliegan para proteger la biodiversidad. Pero, ¿por qué deberíamos hacerlo?. La respuesta, es simple, porque de la biodiversidad depende nuestro desarrollo, aunque no nos demos cuenta de ello. En efecto, el bienestar de la población humana depende, en buenam medida, de la diversidad biológica. Junto a su valor intrínseco, la biodiversidad ofrece un conjunto de bienes y servicios indispensables para el desarrollo de la población. Estos incluyen entre otros, desde bienes y servicios en términos de alimentos a medicamentos, desde el controlde la erosión a la circulación de nutrientes del suelo, su aporte a la recreación, sin olvidar su valor cultural. Sin embargo, muchas veces ignoramos esta relación, lo que pone en riesgo a la biodiversidad de la cual dependemos. Proteger la biodiversidad, en todas sus expresiones, tanto por su valor intrínseco como por su carácter patrimonial es un mandato ético y un desafío enorme. Las demandas de espacios y recursos para satisfacer las necesidades y, muchos desaciertos de nuestra población ponen en riesgo la sobrevivencia de la biodiversidad. Poner en peligro nuestro patrimonio representa un sinsentido. El problema emerge porque no existe una real conciencia social del valor y significado que tiene la biodiversidad. Con una población cada vez más urbana, la que mantiene un reducido contacto con la Naturaleza, con generaciones que han nacido en ambientes severamente transformados, los que pasan a ser su referente “natural”, existe una verdadera ceguera en torno a la Naturaleza y sus significados, y con ello, no se percibe la necesidad de perpetuarla. En este contexto, en la medida que ponemos de manifiesto por qué debiera importarnos la biodiversidad será más fácil buscar formas para protegerla y asegurar su sobrevivencia, y con ello, nuestro desarrollo. Este libro nos invita a conocer formas para lograrlo a través del Santuario de la Naturaleza Acantilados Federico Santa María y la Reserva de la Biosfera La Campana-Peñuelas, entidades que nos acercan a la biodiversidad e intentan integrar y permitir que coexistan nuestras actividades con ella. Por ello, aceptemos la invitación a conocer la biodiversidad de Quebrada Verde y los Acantilados Federico Santa María. Al hacerlo estaremos dando buenos pasos por resguardar nuestro patrimonio biológico y con ello, lograr un mejor lugar para vivir.