Abstract

La realidad educativa actual exige concebir a los profesionales de la educación como agentes de cambio con la obligación moral de investigar y reflexionar sobre su práctica docente para determinar si el tipo de acciones que están llevando a cabo contribuyen o impiden y dificultan el proceso de humanización social. Para saber qué tipo de formación recibe el profesorado y cómo desarrolla su praxis con respecto al tratamiento de las necesidades educativas específicas, se ha hecho uso de un cuestionario. Más de la mitad de los profesores encuestados (56,7%) no sabrían detectar o identificar ciertas dificultades o trastornos más comunes en la infancia (evidenciando una falta de formación, no generalizable, en cuanto a necesidades educativas específicas se refiere); además de, en muchas ocasiones, poner en práctica acciones que en lugar de fomentar la inclusión de este alumnado, la dificultan. El hecho de que los docentes lleven a cabo prácticas que fomentan, en este caso, la exclusión de los alumnos con necesidades educativas especiales, hace que nuestra propuesta de solución educativa gire en torno a la necesidad de guiar al profesorado hacia la autorreflexión crítica sobre el tipo de práctica que esconden sus actuaciones docentes.