Abstract

Chile tiene una larga tradición en la explotación de recursos minerales, especialmente cobre. Como se ilustra en la Figura 1, las estimaciones disponibles indican una variación significativa de las emisiones de azufre oxidado (SO x ) y arsénico (As) a lo largo del tiempo, destacándose una marcada disminución de dichas emisiones en la última década del siglo XX. En efecto, las emisiones antes referidas han dado lugar a varios problemas ambientales que han suscitado la atención de la sociedad, las autoridades y de la propia industria minera. Todo esto ha conllevado al establecimiento de normas ambientales cada vez más estrictas, redes de monitoreo y planes de descontaminación