Abstract

Las competencias emocionales se definen como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales. Por otro lado, la educación tiene como finalidad el desarrollo humano. En consecuencia, se hace necesario que se fomente la salud mental, dentro de un contexto pedagógico, integrando las competencias emocionales en los procesos de formación en la educación superior. Considerando lo anterior, un sector creciente de la juventud participa en comportamientos de riesgo, que suponen un desequilibrio emocional, lo cual requiere el desarrollo de competencias de cara a la prevención. Diversos estudios resaltan que a medida que los jóvenes van adquiriendo estas competencias se observa en su comportamiento efectos positivos en la regulación de la impulsividad, en el bienestar subjetivo, etc. El objetivo de este estudio fue consultar y analizar la literatura para establecer la importancia de incorporar las competencias emocionales en la educación como parte de una estrategia para fomentar una buena salud mental. Como conclusión, se pudo determinar cómo influyen de manera positiva las competencias emocionales en los estudiantes en sus relaciones sociales, en su inserción en la educación superior y en el desarrollo de su futura profesión.