Abstract

"Las niñas y niños abandonados a las puertas del Hospital de la Santa Creu de Barcelona llevaron consigo historias dramáticas. Al momento de ser depositados, tanto las autoridades como el personal de la institución activaron una completa red de nodrizas para cubrir con sus necesidades básicas, pues la mayoría de las criaturas eran lactantes. Los esfuerzos estuvieron centrados en que las pequeñas y pequeños pudieran sobrevivir a los primeros años de vida. Las niñas y niños fueron generalmente abandonados cuando caía la noche; la población barcelonesa ya dormía o al menos estaba recluida en sus viviendas. Los únicos testigos de esta entrega anónima eran la mujer encargada de la Sección de Expósitos del Hospital y las nodrizas internas del lugar. Las madres, padres o tutores, si bien estuvieron ausentes físicamente en el traspaso, marcaron su presencia a través de palabras y objetos que acompañaron a cada una de las criaturas en su llegada. Este artículo pretende detenerse en esta ausencia, una que fue dramática y dolorosa para los adultos que optaron por dejar a sus hijos en manos de una caridad institucionalizada. A través del estudio detenido del Libro de Expósitos de 1426- 1427, donde se registraron ciento doce niñas y niños, es posible reconstruir parte de este silencio. En primer lugar, porque en el volumen revisado, el escribano de turno transcribió, en los registros de los pequeños, los albaranes que llevaron consigo. Estos eran notas, algunas más escuetas y otras más detalladas, que daban cuenta de la necesidad de madres y padres, de dejar indicaciones y preocupaciones significativas para ellos. En segundo lugar, porque los registros de cada criatura expresaron minuciosamente los objetos que traían consigo, tales como canastos, ropas, frutos y hierbas, entre otros.