Abstract

Proponemos una reflexión del terremoto del 27/F poniendo énfasis en primer lugar en la relación entre Paisaje e identidad, pues el paisaje ejerce un papel elemental no solo en el proceso de creación de identidades territoriales, a todas las escalas, sino también en su mantenimiento y consolidación (Nogué, 2011). Y en segundo lugar analizando las dimensiones culturales de lo que denominamos Paisaje del Desastre. Finalmente nos planteamos la configuración de un Paisaje Simbólico que hace referencia a las formas a través de las cuales un sentido colectivo de desamparo y descomposición social se extiende en el territorio y se transforma en un elemento único y nuevo, que marca la memoria colectiva y las imágenes mentales a través de las cuales se designa una realidad que algunos investigadores chilenos han denominado “el terremoto social” (Baeza, 2011).