Abstract

La producción historiográfica reciente sobre América Latina se ha centrado con mayor atención y cuidado en el examen de la literatura y el desempeño de escritores e intelectuales. Esta preocupación exigía una postura interdisciplinaria que permitiera mantener un diálogo productivo con investigadores y estudiosos de la literatura. Comprender la complejidad de la experiencia humana significa prestar atención a sus formas culturales. Especialmente en América Latina, la literatura y los intelectuales juegan un papel central, elaborando un discurso sobre esta realidad e interviniendo en la defensa o crítica de la sociedad.