Abstract

Lo que hoy enfrentamos en el estallido social del 18 de octubre, es expresión política, ella sí nueva, impredecible, abierta en su devenir, de un proceso social de muy larga data. Un proceso complejo, heterogéneo y con aristas muy diversas, que debe ser entendido en el marco de los efectos sobre los individuos y el lazo social de la transformación de la condición histórica que ha sufrido la sociedad chilena en las últimas cuatro décadas o poco más. Sugieren, asimismo, que dos han sido las corrientes principales que de manera simultánea, contradictoria y complementaria, a la vez, han cincelado la condición histórica actual: la instalación del modelo económico neoliberal al que se le adosó un nuevo modelo de sociedad, y una corriente de fuertes empujes a la democratización de las relaciones sociales. Finalmente, ellos indican que es, precisamente, en la acción conjunta de estas dos corrientes que una dinámica de desmesuras, desencantos, irritaciones y desapegos se instaló, lo que, a mi juicio, ha aportado de manera decisiva al entramado de la sociedad chilena hoy. Si ello, es cierto, no explica el “acontecimiento octubre” en sí mismo, permite entender lo que se juega en él. Por eso dedicaré las páginas que vienen a mostrar esta dinámica tal como se ha desplegado partiendo de cada una de las corrientes principales que han aportado a las formas que ha tomado la sociedad