Abstract

El comportamiento térmico de la atmósfera en su estructura vertical permite construir forzantes en modelos hidrológicos, estimar la línea de nieves e isoterma cero, así como condiciones de inestabilidad atmosférica relacionadas con la ocurrencia de precipitación convectiva y estudios de contaminación atmosférica. La precipitación, por su lado, es el insumo principal en cualquier estudio hidrológico, por lo que su correcta cuantificación, junto con la determinación de la línea de nieves, permite comprender cuánta de la precipitación escurrirá de forma líquida y cuánta quedará almacenada en sectores cordilleranos por un tiempo más prolongado. En el presente artículo se muestran algunas prácticas comunes utilizadas en hidrología y cómo estas pueden ser abordadas desde las ciencias de la atmósfera. En particular nos referiremos al gradiente vertical de temperaturas, la determinación de la línea de nieves, presentamos una breve descripción de fenómenos físicos asociados a la precipitación y finalmente discutiremos sobre la interpolación espacial de la precipitación. Los tópicos analizados permiten concluir sobre la necesidad de colaboración entre ambas disciplinas y algunos desafíos pendientes