Abstract

La emergencia sanitaria mundial agudiza los desafíos que las sociedades demandan a los sistemas educativos en términos de aprendizaje y enseñanza. Particularmente el profesorado que se desempeña en establecimientos educativos ha debido dar continuidad a la enseñanza priorizando objetivos, realizando clases mediadas por tecnologías y abordando las consecuencias socioemocionales de esta inédita situación, especialmente del estudiantado más vulnerable. Esto ha abierto un cuestionamiento respecto de cómo los modelos de formación del profesorado vigentes permiten enfrentar las restricciones impuestas por el COVID-19. Esto último es el foco del presente trabajo que, desde el análisis de una experiencia de actualización profesional de alcance nacional (PRISMA), busca aportar con factores asociados y bases para un modelo de formación permanente del profesorado que responda a los desafíos socioeducativos impuestos por el contexto de emergencia.