Abstract

En función de desarrollar en niñas, niños y adolescentes de nuestro país, y también en el resto de la población, el sentido de pertenencia con los territorios donde viven y con las culturas a las que pertenecen, en este capítulo planteamos la pertinencia y la necesidad de incorporar la educación patrimonial como parte de una política pública que considere la incorporación de los contenidos relacionados con el patrimonio natural, material y la cultural inmaterial en los planes y programas de estudio de la Educación Básica y Media. Existen diferentes concepciones de patrimonio, desde lo planteado por la UNESCO, por el actual Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, hasta lo postulado por algunos destacados autores; a esta discusión se debe incorporar lo señalado en la Constitución chilena respecto de su consideración de patrimonio que, ante el nuevo proceso constituyente que se está llevando a cabo este año, es deber revisar. Proponemos que la revisión de las definiciones de patrimonio y su ajuste pedagógico materializado en la educación patrimonial, den cabida y mayor preponderancia a aquellos elementos materiales e inmateriales que las comunidades ponen en valor, pues señalan su relación con un territorio que posee determinadas características y dinámicas; con expresiones, ritos, prácticas y símbolos que generan significados comprendidos y compartidos por las personas que integran una determinada realidad socio-cultural. De esta forma, se establece que el patrimonio es un bien de todos, democráticamente socializado y no una serie de elementos que deben reposar y ser resguardados en ciertos espacios restringidos y delimitados.