Abstract

El 24 de febrero de 2022, Rusia inició una “operación militar especial” en Ucrania, aduciendo como objetivo la protección de los ciudadanos de las regiones separatistas del Donbás. Sin embargo, la causa de fondo sugiere una disconformidad rusa con el multilateralismo actual y las instituciones que lo configuran. El mismo sistema internacional que evidenció una efectividad escasa en sus intentos por evitar la invasión. En ese sentido, con una hipótesis subyacente de un multilateralismo en crisis, el presente artículo pretende reflexionar sobre el papel de una OTAN debilitada, los intentos de Estados Unidos por revigorizar alianzas, la pasividad de la Unión Europea (EU) y los retos de Rusia al sistema internacional.