Abstract

Al estudiar los asuntos internacionales, en particular de Chile, nos remitimos a la prensa, publicaciones especializadas o bien intentamos realizar una complementación de ambas vertientes, luego de lo cual generalmente nos encontramos intelectualmente insatisfechos. Por una parte, evidenciamos análisis abstractos, superficiales, sin anclaje o que no ahondan en las causas de los fenómenos, por otra, encontramos estudios demasiado profundos, que exponen una realidad lejana y no logran entregar las implicancias prácticas de los acontecimientos. Esto refleja un cierto grado de desconexión entre dos disciplinas, que requieren complementarse y comunicarse: las Relaciones Internacionales (RRII) y la Historia.