Abstract

La anemia por deficiencia de hierro es una de las carencias nutricionales más prevalentes en el mundo. Los lactantes, niños, adolescentes, mujeres en edad fértil y embarazadas son los grupos etarios más vulnerables por los altos requerimientos de hierro que demandan. Una estrategia para combatir la deficiencia de hierro es fortificar alimentos con hierro que tenga alta biodisponibilidad. La leche de vaca es ampliamente utilizada después del destete de los lactantes. En Chile, desde comienzos del siglo pasado se implementaron políticas de entrega de leche a poblaciones vulnerables. Desde el año 1974, el Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC) entregó en forma universal y gratuita 2 kg de leche en polvo/mes. Posteriormente, en el año 2000, se cambió por una leche entera, en polvo y fortificada con hierro, zinc, cobre y ácido ascórbico (Leche Purita Fortificada) que ha tenido un impacto significativo en disminuir la prevalencia de anemia por deficiencia de hierro en los lactantes. Este hecho ocurrió por la evidencia que demostró el efecto deletéreo de la deficiencia de hierro en los niños y que la deficiencia de hierro se erradicaba cuando esos lactantes eran alimentados con leche fortificada con hierro altamente biodisponible. Además, la ingesta de Leche Purita Fortificada no influyó en el comportamiento de la madre respecto de la lactancia materna.