Abstract

A partir del estudio de tres casos de formas vivas que coexisten en el Desierto de Atacama, desde la perspectiva del cuidado feminista, analizamos la manera en que humanas, humanos y no humanos (células) viven, se adaptan o se transforman frente a los efectos del extractivismo en el norte de Chile. El primer caso aborda los roles de género en la minería extractiva en la región de Antofagasta; el rol de madresposas en el yacimiento estatal de Chuquicamata; y el papel de las trabajadoras sexuales de las ruinas salitreras de Pampa Unión, relevando así la función del cuidado femenino para la sostenibilidad de la minería y de los mineros. A través del segundo caso abordamos el cuidado realizado por mujeres en el espacio pastoril indígena en la Puna de Atacama; y, finalmente, analizamos un tercer caso que muestra, a otra escala, cómo, igualmente, las hembras de grupos de invertebrados acuáticos (rotíferas) de la laguna Inca-Coya reaccionan ante las amenazas que sufren los ecosistemas desérticos, con distintas formas de resistencia al extractivismo. Paradojalmente, en diferentes niveles, estos tres casos evidencian prácticas de cuidado asociadas a la reparación y adaptación orientada a sostener la vida en entornos altamente intervenidos. Los casos nos ayudan a entender las relaciones de las comunidades humanas y no-humanas con su entorno, distanciándonos del enfoque “técnico-masculino” con el que ha sido históricamente abordada la producción asociada a la explotación de la industria del salitre, la minería del cobre y del litio en el norte de Chile.