Abstract

La era de la Información desatada en el globo, ya se refleja en Brasil. La preocupación por las nuevas formas virtuales de conexión y gestión llevó a la implementación del gobierno electrónico (e- gobierno), a mediados de la década de los años 90. Este movimiento, que todavía enfrenta problemas estructurales, propone no solo avanzar en la digitalización de los procesos sino también convertirse en un espacio para una verdadera democracia. La desigualdad digital, es decir, el hecho de que el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación estén restringidas a una parte de la población, excluyendo por tanto a las mayorías, es uno de los problemas centrales que se pueden señalar. Este ensayo pretende problematizar en qué medida el Estado puede reducir la desigualdad digital a través de la elaboración de políticas públicas, ampliando o no la inserción de los ciudadanos en el ámbito del e-gobierno. Lamentablemente, se está lejos de experimentar tanto la inclusión digital real de la población brasileña como el verdadero sentido del e - gobierno, que predica el ejercicio libre y no burocrático de la ciudadanía por parte del pueblo.