Abstract

El artículo presenta la historia de las ecuaciones del movimiento de los fluidos, conocidas como las ecuaciones de Navier-Stokes. Partiendo desde el trabajo de Castelli que en 1628 estableció la ecuación de continuidad, hasta la consolidación definitiva de las condiciones de borde que deben aplicarse a las ecuaciones diferenciales del movimiento en 1850, cuando Stokes categóricamente establece la condición de no deslizamiento del fluido en contacto con una superficie sólida, la determinación de la resistencia del flujo de fluidos fue un tema que involucró a las mentes más brillantes de la época. Con el artículo, el autor conmemora los 200 años desde Navier leyó su trabajo Sur les Lois du Mouvement des Fluides en la Académie Royale des Sciences de l’Institut de France.