Abstract

Los humedales construidos son una de las tecnologías no convencionales más recomendadas y reconocidas para la depuración de aguas servidas domésticas e industriales. El mecanismo de depuración de estos sistemas es a través del metabolismo de las plantas y el consorcio bacteriano de sus raíces (rizomas). Las interacciones físicas, químicas y biológicas de sus componentes (agua, vegetación, suelo y microorganismos), permiten reducir el contenido de materia orgánica, nutrientes (nitrógeno y fósforo) y sustancias tóxicas presentes en diversos influentes. La buena operación y control de estos sistemas tiene que ver con el manejo hidráulico de los efluentes, así como con una buena eliminación de sólidos, grasas y aceites en las operaciones previas (tratamientos primarios), de manera de evitar problemas de taponamiento (“clogging”) en los humedales. Parte del control de estos sistemas tiene que ver con un buen manejo de los sistemas hidráulicos empleados y una operación adecuada de las macrófitas. Los humedales construidos utilizan la capacidad depurativa de plantas macrófitas, tales como Phragmites sp., Schoenoplectus sp. y Thypa sp., entre otras. Sin embargo, existen otras plantas, denominadas plantas ornamentales, tales como Zantedeschia sp. e Iris sp., que bajo estas condiciones pueden florecer a partir de los nutrientes capturados de las aguas servidas y otros vertidos. La presencia de plantas ornamentales en áreas rurales es deseable para contribuir a la biodiversidad, junto con potenciar la polinización y el paisaje de estas zonas. Debido a lo anterior, una consecuencia de la depuración de las aguas es la generación de fibra, la que puede tener diferentes usos. En el libro “Las fibras vegetales y sus aplicaciones: Innovación en su generación a partir de la depuración de agua”, de las mismas autoras y editoras, se puede encontrar una descripción y aplicación de las fibras vegetales.