EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA AGRICULTURA DE LA CUENCA NORTE DE SANTIAGO
Abstract
El acelerado desarrollo económico, frente a un planeta con recursos finitos, está enfrentando a la humanidad al desafío de diseñar cadenas productivas más eficientes, es decir, producir más y mejores productos, con menos recursos consumidos. En la medida de que han comenzado a aparecer señales de estrés planetario, este paradigma se ha tornado cada vez más imperativo, particularmente para aquellas actividades económicas, como la agricultura, que hacen masivo uso de los recursos naturales de un territorio. A la necesidad de eficiencia productiva, se ha agregado la de sustentabilidad, lo que implica minimizar los pasivos ambientales o la huella ecológica que deja la producción de alimentos en los territorios donde ella opera. La historia muestra que la agricultura ha dejado en el pasado varias huellas como la reducción de la biodiversidad, la erosión de los suelos, la contaminación de las aguas, la fragmentación de los ecosistemas y, aunque en menor medida que otras actividades humanas, el cambio climático. Por otra parte, la agricultura es una de las más potentes herramientas de que dispone la humanidad para luchar contra la pobreza y la marginación social. Paradójicamente, son las propias huellas que la humanidad está dejando en la biosfera, las que están amenazando con desestabilizar a millones de pequeños agricultores en el mundo, sobre los cuales podrían caer con mayor rigor las consecuencias de un cambio climático generalizado. Es esto lo que ha llevado a la revisión de los procesos productivos y la filosofía que hay detrás de esta actividad. Parece urgente la necesidad de revisar los paradigmas de la producción agroalimentaria, de modo de sintonizar una tan básica necesidad humana, como es la producción de alimentos, con una biosfera que está dando señales de un agotamiento que podría complicar la seguridad alimentaria en el planeta de los 9.000 a 10.000 millones de habitantes que habrá que alimentar en el próximo siglo. A escala nacional, la agricultura juega un rol extremadamente importante en la zona central del Chile por cuanto es allí donde están los mayores centros de consumo de alimentos y donde, hasta ahora, el clima ha mostrado un elevado potencial productivo gracias a las técnicas de riego que vienen desde la colonia. Los cinturones hortícolas periurbanos juegan un rol aún más importante por cuanto promueven una dinámica territorial que podríamos llamar “ruralidad urbana”, es decir una actividad agrícola con fuerte influjo de cultura urbana. Estas áreas cumplen el esencial rol de alimentar cadenas alimentarias cuyo mayor destinatario es la población periurbana de medianos y bajos ingresos, a través de los mercados locales. A pesar de su importancia, este tipo de agricultura está en la actualidad fuertemente presionada por el valor de la tierra, por el elevado costo y la escasez de la mano de obra y por los cambios climáticos que han hecho más incierta la disponibilidad de agua de riego
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Editorial: | Universidad de Chile |
Fecha de publicación: | 2018 |
Página de inicio: | 55 |
Página final: | 65 |
Idioma: | Español |