Abstract

En el extremo norte de Chile existen plantas antiguas de vid, olvidadas en el tiempo, que han sobrevivido por más de 100 años en condiciones salinas e inviernos cálidos. Este material vegetal se rescató, enraizó y estableció en un “Jardín de Variedades” en la Estación Experimental Canchones de la Universidad Arturo Prat, en la Pampa del Tamarugal, desierto de Atacama. En este Jardín se identificó una cepa diferente, a nivel de ADN (nacional e internacional), la cual se denominó “Tamarugal”. No obstante, para proveer de información morfológica y agronómica de esta nueva cepa, originaria del desierto más árido del mundo, es necesario caracterizarla ampelográficamente. Para lo anterior, se emplearon los descriptores de la UPOV TG 50/9 durante la temporada 2012/2013, y las evaluaciones fueron corroboradas en las temporadas 2014/2015 y 2015/2016 ’por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), organismo estatal que regula el registro de variedades. La cepa presentó, entre las características más distintivas, una forma de hoja orbicular con cinco lóbulos, seno peciolar abierto a la mitad y senos laterales abiertos. El racimo es suelto, de tamaño medio, con una forma de baya globosa entre 19 y 20 mm de diámetro, de color verde-amarillento y con semillas bien formadas, en número de dos. La caracterización ampelográfica de la cepa Tamarugal proporciona información a nivel de planta para ser incluida en la base de datos de variedades conocidas y a la vez para su utilización agronómica. El Servicio Agrícola y Ganadero determinó que la cepa es estable, homogénea y presenta distinción, lo cual permitió registrarla como la primera cepa vinífera chilena, originaria de la región de Tarapacá, Chile.