Abstract

La idea de que las guerras del siglo XXI serían por el agua, formulada hace más de dos décadas, ha retomado fuerza en los últimos años bajo la forma de confrontación entre diferentes grupos y agentes sociales por el control y uso de los recursos hídricos, llegando dichas disputas a provocar severas crisis de gobernabilidad a nivel global y nacional. La situación de crisis hídrica se manifiesta a escala mundial, con la dificultad agravada de que de ello depende la sobrevivencia de las diversas especies sobre el planeta. Esto ha incidido en el aumento de los conflictos socioambientales del país en las últimas décadas. El recrudecimiento de los problemas se asocia a eventos climáticos extremos, tales como sequías, agotamiento de acuíferos, en vez de asumir la crisis de gobernanza llegando a constituir al año 2019 el 44% de los problemas de uso de aguas en las cuencas hidrográficas. Creemos que la conflictividad por el uso de recursos hídricos en Chile debiera asumirse como una natural consecuencia de la aplicación de un modelo jurídico-económico del “mercado de las aguas”. Este desarrollo del modelo se ha producido en torno a tres principios claves identificados por Budds: el uso del mercado para el manejo de la demanda; la calificación de los derechos de aprovechamiento sobre las aguas como propiedad privada protegida por el Estado, y la delegación de la regulación y gestión de las aguas en cuencas naturales y artificiales en organizaciones de usuarios privados a cargo de ejercer una función de interés público. Parte de los efectos ha sido extender a las cuencas naturales (ej. ríos) un modelo de distribución propia de los canales desde tiempos coloniales, en un contexto social, económico y climático muy diverso. Las características del modelo de aguas vigente frente a un contexto de emergencia, crisis y conflictos hoy, serán parte central del presente estudio.