Abstract

A pesar de la resonante inclusión de Chile a la OCDE, aún hoy en todo el país existe un enorme parque de viviendas sociales que se construyó antes de la actual regulación térmica que entró en vigor en el 2000 y que no están bien adaptadas al entorno climático donde se emplazan. Esto manifiesta la desigualdad del acceso a la vivienda de calidad en Chile. Problemas graves de habitabilidad son constatados, gran cantidad de horas de disconfort térmico para los usuarios y nulos criterios de ahorro energético que originan crecientes necesidades de energía para acondicionar térmicamente estas viviendas, lo que es un dividendo energético de por vida para las familias. Esta evidencia constatada al cabo de años de política de vivienda social y reafirmada mediante el análisis de resultados de simulación térmica de estas viviendas. Las razones de esta problemática son múltiples, pero sobre todo se expli-can por los bajos estándares de las normativas y por sobre todo a la falta de desarrollo de diseños de vivienda adaptadas a los diferentes contextos microclimáticos regionales del país. Si bien se ha avanzado en los últimos 15 años desde el punto de vista de la normativa térmica fijando condiciones básicas como niveles de aislamiento diferenciado por zonas geográficas, aún es una tarea pendiente el mejorar mediante diseño la respuesta a las disímiles condiciones medioambientales de cada uno de los múltiples contextos microclimáticos de Chile, generando con ello adaptaciones adecuadas en las envolventes mediante la integración de sistemas pasivos propios de la arquitectura bioclimática.